Día de fiesta para los Gauchos
Diciembre 3rd, 2009
Los alrededores de Salta, el Noroeste Argentino, lugar donde se inicia la independencia de América Latina, la Estancia de donde partió el general Arenales para liberar los Andes de sus congéneres españoles.
“… El ángel de la victoria guía su estandarte; seguidle en la carrera de la independencia y de la gloria… Seguid a Arenales: ved cual vuela de triunfo en triunfo, en tanto que mi ejército sella en distinto campo de batalla la completa emancipación del suelo de los Incas.”
1812. El general San Martín, fundador de Argentina, en buen publicitario, se dirige a los Calchaquíes Diaguitas para presentarles su brazo armado, quien recuperara el estandarte del ilustre Güemes que muere en el campo de batalla, Salta esta vencida.
Para echar al español metropolitano, San Martín crea el Inca blanco, rápidamente olvidado del mundo; el general Juan Antonio Álvarez de Arenales. Tendrá su utilidad durante un tiempo necesario. 
De lo que el gran San Martín no se da cuenta es que sus palabras han creado un mito, mucho mas importante que el alma argentina: al sacar del sombrero el Inca blanco, acaba de lanzar el mito del Gaucho que va a atormentar el poeta y la literatura de América del Sur como el cuervo de Allan Poe.
El gaucho ante todo… es el indio quien responderá a la llamada de San Martín.
Gaucho viene Huachu, en Quechua, la lengua de los Andes, es el huérfano. Aquel que ya no tiene deberes con su familia o se quedo sin ella y puede sacrificarse a “ la total emancipación del suelo INCA”
En ese día, se levanto una armada en las montañas, habitada por la esperanza de una sociedad donde todos los hombres serian reconocidos como iguales. Así es como fue “vendida” a los indios la independencia de Argentina. Esto es lo que deben a los gauchos, los que querían ser caciques en lugar del cacique español.
El gaucho, el, se quedara para siempre huérfano de su libertad. Ni mercenario, ni soldado, el hombre se despierta en la brecha de la Apocalipsis, dispuesto a todas la hazañas para dar su alma a una causa justa. Y luego, amablemente, vuelve a su rango para ocuparse de los suyos y de la manada.
Pero si ya no hay nadie para protegerlo; huirá de su corazón, de sus montañas ingratas y errara en la inmensidad de la Pampa… a la talla de su melancolía, de sus esperanzas desvanecidas, de su blues: a través de la naturaleza su maldita y eterna hermana.
El Nahual es el animal doble de los indios de América, el que hace que Pablo salga, solo con su cuchillo para aniquilar el puma de 2,5m. Por que este le roba sus gallinas, el gaucho se ha transformado en jaguar.
Hoy es día de fiesta. Santa Rosa de Lima, patrona de la armada de la liberación, la patrona de la estancia del Inca Blanco; han surgido de las montañas con sus mejores galas en sus mas preciosas monturas, los caballos peruanos con su paso orgulloso y cadencioso, izando bien alto los colores de la libertad.
Hoy el gaucho se reapropia su espíritu: 200 años después, el bicentenario de Argentina tendrá lugar en el 2010, el gobernador de Salta baja de su helicóptero para rendirles homenaje. Rezar junto a ellos.
Para la fiesta se han matado 2 vacunos, calentado el horno enorme comunal durante una semana y preparado el asado y el guisado.
Aquí cortar por lo sano, es saber vivir. Comer es matar. Sin rodeos, ningún pudor frente a la muerte.
El guisado :
todas las partes tiernas del animal son adobadas en una salsa de aceite, vinagre, hierbas, ajo, y chile; envueltas en la misma piel del animal, cosida con un alambre se meten en un horno de leña grande como una casa durante 12h.
El asado :
las costillas y entrañas, las tripas trenzadas, los pies, el corazón, el bife de chorizo… todo para el barbacoa de suaves brasas para una cocción lenta y penetrante.
A cada trozo de carne, en cada bocado de este festín de 1000 invitados, saboreamos la historia, mordisqueamos un ritual, su magia. Han sacrificado y compartido como lo hicieron sus ancestros.
Es el día mas feliz del año… El gaucho discreto habla, sonríe se descubre; la mujer, guarda cierta distancia e impone respeto. Están a años luz de ser las cantineras del regimiento. 
Pocas mujeres son gaucho y en su mayoría son ellas las que dirigen la manada; con sus faldas y aire de amazonas. Se les llama las chinitas, ya que las jornadas interminables de sol y polvo han acentuado sus ojos rasgados y faz marcada indígena.
Aguardiente, Ferney, vino, nos reunimos para rendir homenaje a los ancestros. Dueños del mundo, los lazos vuelan, los toros parados de un gesto diestro y seco o casi… en fin menos precisos que en un día ordinario de trabajo de trabajo en el corral. El caballo los comprende y se hace dueño de la situación; el hombre esta en plena euforia de su mito y el toro exultado. El mito del rodeo del cowboy tejano? Nada que ver.
El gaucho, para el escritor argentino, es Fausto, el Don Quijote del lugar:
Martin Fierro. Había que dar con tal nombre! Orgulloso como San Martín! Pero para que sea aceptado su José Hernández, el ilustre autor, admirado por todos los hombres de letras siglo XIX … ha creado en hombre blanco que defenderá al débil frente al moracho. John Wayne en Síux no daría el pego. Ya que acá el moracho… es el indio. En el imaginario argentino, mayoritariamente, cualquiera es mejor que un indígena. Aquí la dignidad es un escalón que el indio no ha podido subir durante mucho tiempo. Afortunadamente las cosas cambian…
Martín Fierro, es así que el joven José Luís Borges, icono absoluto del blues argentino, llamo su primer grupo… de poesía. El gaucho es para el, el ultimo recurso del alma de América Latina. Para Borges y sus congéneres, es en el gaucho que debe encarnarse el espíritu del nuevo continente, buscar en el todos los recursos para la emancipación de la lejana Europa tan pesada en el día a día. Hay que crear algo nuevo.
Pero Borges quedo como hijo de Ulises y el gaucho como el hijo del Inca. Se han ignorado. Es el drama del continente. Por tanto, en todas las rutas, en el mas pequeño recodo del desierto, surgen altares al Gauchito Gil bajo un gran algarrobo, el Robin de los cactus. El árbol que fertiliza la tierra, nos muestran el camino… escuchemos el indio que llevamos dentro.
Al ignorarlo, pasamos de largo tantas cosas. Nos hemos acostumbrado a aplicar las mismas recetas en todas partes; no porque funcionen acá deben funcionar forzosamente en cualquier lugar. Stop. Un poco de imaginación, de observación. En diez años Argentina ha inundado sus tierras de transgenicos, con su gran star la soja sin pararse un minuto a pensar, comprender lo que destrozaba.
Este año el gaucho sin trabajo monta barricadas en las carreteras. Todo va mal para él. Alto. Abramos nuestros sentidos, al alba del Bicentenario de la creación de Argentina, escuchemos al indio…
